martes, 1 de enero de 2019

NANAS


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El aporte de hoy - me consta - será exigente. Pido perdón. Aquellos que hagan el esfuerzo de seguirlo, de leerlo y pensarlo...serán recompensados, al menos emocionalmente.

Comúnmente se dice, que solo valoramos lo que teníamos luego de haberlo perdido… y tiene mucho de acierto.
Una de las premisas que aprendemos en los cursos de gestión cultural, es que si al público no se le ofrece el producto cultural, ese público nunca lo reclamará, no lo pedirá, quizá ni sabrá de su existencia o posibilidad. Es decir: en lo cultural, la oferta es la que crea la demanda. 
Pareciera que la angustia, que nos provoca el haber perdido “algo” y luego haber descubierto cuánto lo necesitábamos (o amábamos), únicamente puede sosegarse con la recuperación de ese mismo “algo”. 

Siempre me llamó la atención porqué cuando los niños se lastiman, decimos que se hicieron “nana”, y cuando les cantamos arrullos para dormir les cantamos “nanas” (o “nana-ninas”) y que esas “nanas” casi siempre tienen que ver con el dolor, el miedo o las ausencias.

La  herida, el dolor y el consuelo son lo mismo… ¿o solo son homónimos?
Nos sumergimos en la etimología de la NANA, y descubrimos que por ejemplo en quechua “nanay” significa dolor, con sinónimos como “pupa” (Chile) o “yaya”, que a su vez significa abuela, mientras que en otras lenguas indígenas significa madre o hermana, y se usa así también en España y en todo Latinoamérica. Vemos que  “Nanny” se le dice a la niñera en inglés. en la Real Academia de 1803, se define como nana a la “mujer casada, madre o abuela”.
Se dice que la palabra deriva del latín ”nonnus” y “nonna” (abuelo, abuela y/o niñeros), en Italia las canciones de cuna se llaman ninna-nanna, y ya desde tiempos medievales se le llamó “ninnare” al acto de arrullar al bebé.
Siempre me impactó la hondura emocional de ese ámbito, de esa especie de burbuja en el espacio tiempo que creamos cuando le cantamos a un hijo/a, esa comunión tan fuerte y a su vez tan frágil.
Lo que es indiscutible, es que a lo largo de los siglos esta palabra, nacida como expresión casi onomatopéyica de los bebés, se va cargando de significado – el cual a su vez vamos heredando y se constituye en un fenómeno cultural de hondo calado en nuestro ser emocional.

Veamos el aspecto musical/emocional de este fenómeno.

La investigadora Ruth Fridman estudió a fondo lo que llamó los “protoritmos”. Sin profundizar demasiado, resumimos que lo que Fridman fundamentó son las primeras intercomunicaciones entre el bebé y su madre. Allí le da un especial valor a lo rítmico. Sus observaciones abarcan desde la variaciones de velocidad  del chupeteo del bebé al sentir la voz materna, hasta la importancia del ritmo como parte intrínseca del diálogo, o bien: de la “protoconversación”, a través del cual se crea la comunicación, con sus tiempos de espera, de escuchar, de responder, de reacción…   se logra en la relación una cierta coordinación, una sintonía de los estados emocionales, es decir: posibilita expresar mensajes. El ritmo en las expresiones (monosílabos, llantitos, balbuceos) actúa como sincronizador de los procesos afectivos y concluye la comunicación con un encuentro de miradas, le llamaron la “sincronía emocional”.

Sobre RITMO se pueden escribir miles de blogs, elaborar tesis, editar libros, estudios etc.
Mencionemos solamente algunos puntos, que son los que nos interesan para continuar adentrándonos en nuestro tema (aspecto musical/emocional):
  • ·         Existen los “ritmos sociales”: en ceremonias y ritos (nacimiento, casamiento, muerte, religiones)
  • ·         y también los “ritmos biológicos”: comer, dormir, cortejar, procrear, educar, (ritmos circadianos)
O sea: con los  ritmos biológicos (y cuantificables) corren también los ritmos subjetivos de la creatividad musical humana; la música constituye así un horizonte “cultural”, un ámbito en el cual el hombre se manifiesta en su integralidad.
la materia biológica objetiva se correlaciona con la parte subjetiva de los ritmos sociales recreados en los entornos culturales del hombre.
El rito sistematiza el orden social, mientras que el ritmo musical lo hace con el tiempo sonoro. Rito y ritmo son entonces paradigmas, uno en función de la regularidad social, y el otro ordena la disposición sonora.
Según los psicoanalistas Montagu y Matson el sentido del ritmo es parcialmente innato y parcialmente adquirido; esto nos proyecta a otras dimensiones del conocimiento respecto al ritmo y la música: “la parte de la cultura humana que llamamos música tiene una base tanto cultural como biológica”.
Ni que hablar del efecto “catártico” del acto de cantar y de “crear comunidad” al cantar juntos!

El binomio biología-cultura nos lleva, a su vez, a una tríada, integrada por lo biológico, lo cultural y lo comunicativo; 
Crear COMUNIDAD.


Ahora, retomando a nuestro amigo Ernest Ansermet, quien le cuestiona a Hans Von Bülow, sosteniendo que “En el comienzo” no era el “Ritmo”, sino “el sonido de altura determinada y los intervalos que surgen de la sucesión de esos sonidos”, y que el ritmo surge por el hecho mismo de esa sucesión.

…y ahí entra en juego un factor elemental de la música: 
el TEMPO.


Porque dos sonidos (aún idénticos) emitidos a distintas velocidades, nos significan emociones distintas. 
Y por aquí vamos llegando al quid de la cuestión: “el hombre es el ser que se significa los fenómenos y experimenta la necesidad permanente de significárselos”.
Comprendemos entonces que: el ritmo, el tempo y los intervalos (ver blog anterior), son “el nervio” del fenómeno musical, al cual  le adjudicamos un “carácter mágico”.
En fin, podríamos (deberíamos) ahondar mucho más en esta fascinante temática, pero voy a redondear con lo siguiente:

Recuerdan del blog anterior la importancia del intervalo de 5ª (la dominante)? …bien. Consideremos ahora la información del aporte de hoy, y nos maravillamos entendiendo:

  • ·         porqué todos los sistemas musicales de las distintas culturas - por distintos que sean - poseen 5as. y todos respetan rigurosamente las 8vas.
  • ·         Porqué las canciones y los juegos infantiles de todo el mundo armonizan sobre intervalos de 5ª y de 4ª
  •  

  • ·         Porqué los adultos, cuando nos queremos comunicar con bebitos, hablamos con ese cantito….que: son 5as. Y 4as.!!
  • ·         Y fundamentalmente porqué, en la inmensa mayoría de las nanas, a lo largo de toda la humanidad, predomina esta relación Tónica/Dominante, o sea: el intervalos de 5ª.

Breve recopilación de nanas de distintas culturas:


Quizá en algún futuro blog, (si logro no ser demasiado “técnico”) podamos descubrir cómo a raíz de esta atracción entre tónica y dominante, y en busca de una conciencia musical, llegamos a  la escala pentatónica. En ese sentido Ansermet, menciona como un referente a Marius Schneider con su “Historia de la Polifonía”; quizá podamos descubrir el condicionamiento cultural a que nos somete, o en el cual nos proyectamos,  al determinar intervalos de 3ª mayor y/o menor, descubrir nuestra necesidad de un 7º grado, la “sensible” que se le dice…
…veremos.

Hasta entonces, Salud!