sábado, 28 de marzo de 2015

Efemérides


28 de marzo de 1942, se nos murió Miguel Hernández.  

Hace tiempo hubo un hombre entre nosotros,
alegre, iluminado,
que amó y vivió, cantaba hasta en la muerte,
libre como los pájaros.
¡Qué bonito sería! 
Nace, escribe, muere desamparado.
José Agustín Goytisolo

No recuerdo desde cuándo me fascinaron sus poemas, en la aventura de leer. Recuerdo que me topé con ellas luego de Lorca, con el cual a su vez me topé luego de “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez, al cual me guiaron “Mi planta de naranja-lima” (José Mauro de Vasconcelos), “Juan Salvador Gaviota” (Richard Bach), y  -al inicio de todo – “El principito” (Antoine de Saint-Exupéry).
Recuerdo muy claramente – eso si – las emociones que me revoloteaban cuando estuve en su casa en Orihuela, al pasar al patio trasero, donde solía tener las cabras, sentir con mis manos la corteza suave de la higuera, y al levantar la vista, admirar el muro montañoso que se alza justo detrás.
No pondremos en este blog ningún poema de Miguel. Me resulta imposible seleccionar. Cada palabra, cada verso… me desgarra.

Invitamos a escuchar esta magnífica versión de “Vientos del Pueblo” (me gusta recordar al Miguel leyendo sus poemas en las trincheras).




Compartimos el siguiente poema, mi humildísimo homenaje a este hermano Poeta:

Al Poeta  
Cual presa de lirismo inevitable, una vez más me sorprende el amor de Miguel.

Envidia mi sangre, admira mi alma
y quisiera poseer
algo de su piel curtida,
del paisaje sus ojos,
de sus vuelos el plumaje.

Bajo la sombra del frutal
llegar herido, hermano
y con tristeza de bala brutal
estrecharte la mano,
robarme todo tu dolor.

Arrancar de su interior
dulces sus entrañas
llevarlo conmigo siempre
sus palabras, sus uñas rotas,
su sangre escupida en cada verso
poder dejarte poeta
de despedida en la frente un beso.

Bajo la sombra del frutal
llegar herido, hermano
y con tristeza de bala brutal
estrecharte la mano,
robarme todo tu dolor.

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