Wikipedia me informa que:
Un preludio es una pieza musical breve, usualmente sin una forma interna particular, que puede servir como introducción a los siguientes movimientos : fuga, sonata de una obra que son normalmente más grandes y complejos. Muchos preludios tienen un continuo ostinato debajo del fondo, usualmente de tipo rítmico o melódico. También hay algunos de estilo improvisatorio. En su origen consistía en la improvisación que hacían los músicos con sus instrumentos para comprobar la afinación, relajar los dedos e introducir la tonalidad al público.
Me parece una buena forma de iniciar este blog. Los invito a escuchar este “Preludio en Milonga” que escribí hace ya algunos años.
Los disparadores que me motivaron a crear este tema fueron: la canción “Que importa un hombre” de Fernando Cabrera y – a la hora de tocar la guitarra - la actitud de la mano izquierda , la actitud del mi sobre la segunda cuerda, con un ligado ascendente al estilo de Dionisio Aguado, pero enfáticamente obstinado. Actitud que quise relacionar con la estoicidad con la que -en aquellos años – tantísimos padres hurgadores buscaban comestibles y ropas en la basura, día tras día, viviendo en condiciones de pobreza total y logrando con un esfuerzo y sacrificio enormes, mandar sus hijos a la escuela, prolijamente vestidos con su túnica blanca, almidonada, con esa mezcla de olor a jane, humedad y jabón Bao, y su moña azul, cerrando así el vínculo con la canción de Cabrera.
Los invito a escuchar este tema, leyendo - porque no? – un poemita titulado: Piedras.
Piedras
A lo mejor el mundo esta por venir con impertérrito desparpajo en esta fábrica de recuerdos es siempre la misma historia: la gente se aferra a sus cuerpos, los locos ya no tienen memoria.
Descanso un rato, respiro sin nada que decir y encuentro en cada piedra un momento al que me aferro pues a lo mejor el mundo esta por venir.
Piedras