En el aporte de hoy quisiera compartir el arte de un colega que me ha impresionado mucho.
Leonardo Palacios. Casi casi fuimos con-discípulos del gran Antonio Pereira Arias en Holanda, ya que ésa fue una de las opciones que tenía para estudiar guitarra, cosa que finalmente inicié en México y continué en Montevideo.
En una muy linda entrevista que le hacen Alfredo Escando y Numa Moraes en su programa “Miércoles de Guitarra”, pasaron varios temas, entre ellas: “Alfonsina y el Mar”.
Recomiendo no solo escuchar el programa que va todos los miércoles en Emisora del Sur, sino también visitar el blog: http://miercolesdeguitarra.blogspot.com.uy/
Aún sin pedir permiso, quiero compartir esta versión que hizo Leonardo, pues la considero un arreglo musical (es decir la transcripción y adaptación para guitarra) y una interpretación absolutamente hermosos.
Así que como siempre: “click” en “play” y a seguir leyendo.
GUITARRÍSTICO
Me hace acordar a lo que decía Atilio Rapat: que un arreglo no debe decir ni más ni menos de lo que tiene que decir, y además debe quedar “guitarrístico”, si fuera como aplicar una fórmula sería muy sencillo, pero no es así.
Siento que el arreglo que hizo Leonardo cumple esa premisa y además permite al guitarrista dar vía libre a su manera de interpretar, sin dejar de ser exigente para el instrumentista en cuanto a técnica se refiere.
MATICES
Esta zamba de Ariel Ramírez y Félix Luna es muy conocida y todos sabemos lo que expresa y lo que nos hace sentir en su calidad de “canción”. Leonardo logra ese “sentir” a través del uso de los distintos matices tímbricos de su guitarra, a tal punto que al ratito nomás, uno deja de estar tarareando la canción, y prescindiendo absolutamente de la letra se entrega a la magia de las melodías y sus diálogos. Melodías que - según los diálogos que florecen entre uno y otro verso -, alternan su altura tonal (a veces agudo y otras veces más grave) y durante cuyo juego sorprenden tímbricamente plácidos acordes, que entre una y otra frase (o semifrase), nos completan la sensación rítmica de la zamba.
LENGUAJE
Las estructuraciones del lenguaje musical son muy similares a las del lenguaje de palabras, existen equivalentes a las sílabas, a los acentos, y a las palabras, las frases, etc. ...existe un fraseo. Esto es el modo de pronunciación, con el cual damos la intencionalidad deseada a la palabra que decimos, lo cual no es otra cosa que interpretar la palabra con determinado tono de voz y con determinada melodía, lo que llamamos el “tonito”. En la música es igual… o debería ser igual, soy acérrimo defensor de que precisamente eso, es la esencia de lo musical. El "fraseo" en esta versión es lo que logra hacernos prescindir de la letra. Prescindir de lo literario pues la esencia, está dada en lo sonoro.
SILENCIO
En ese sentido producen un gran placer también los silencios que toca Leonardo, y no se trata del silencio que supone solamente la ausencia del sonido, sino de un silencio casi tangible. Es una de las cosas más difíciles de lograr: tocar un silencio.
DINÁMICA
El silencio se complementa con la intención interpretativa en el uso de la dinámica. Esto, es la manera de cómo se toca más fuerte o más bajito, cómo se toca subiendo el volumen o bajándolo, y en esta versión es lo que termina de dar ese vaivén entre lo reflexivo y lo efusivo, entre la duda y lo resolutivo, entre la ternura y la rabia.
ARTE
Es así que descubrimos de qué manera un guitarrista no solo “toca” piezas de otros compositores, sino que a través de todas estas “herramientas” de interpretación (y aún muchas más), logra un aporte creativo, personal y artístico. No siempre sucede.
En fin: hay pocos colegas que me mueven el piso, Leonardo es uno de ellos. Gracias Leonardo, muchas gracias, y perdoná el atrevimiento.
... y nada más. Terminemos de escuchar.
... y nada más. Terminemos de escuchar.
Beleza !!!!
ResponderBorrarGracias Pablo, una ejecución muy hermosa. Me gustan mucho estos himnos a la guitarra y al sentir ríoplatense.
ResponderBorrarHéctor
Gracias a ti Héctor por el comentario. Qué suerte! Abrazo.
ResponderBorrarPablo
Qué agradable sentimientos despierta esa zamba y su interpretación. Y tus palabras Pablo ayudan mucho a valorar y gustar, son como una pequeña gran clase de arte y guitarra. Mis dos hijos varones le dan duro a la viola... bello, lindo...
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